WASHINGTON – Los senadores estadounidenses John Cornyn (R-TX) y Angus King (I-ME) presentaron la Ley de Estrategia para Reducir la Influencia Rusa en la Energía, que ordenaría al Departamento de Estado de los Estados Unidos, en consulta con el Departamento de Energía de los Estados Unidos, evaluar cómo pueden utilizarse las leyes y autoridades federales existentes para contrarrestar la influencia rusa en la energía a nivel mundial y presentar un informe al Congreso en un plazo de 90 días.
"Vladimir Putin no tiene miedo de armar el sector energético de Rusia, amenazando la seguridad energética mundial y la estabilidad económica", manifestó el senador Cornyn. "La situación que Rusia ha creado con su invasión de Ucrania subraya la importancia de proporcionar a nuestros aliados fuentes de energía alternativas libres de los caprichos de un tirano ruso".
“A la luz de la invasión brutal y no provocada de Ucrania por parte de Putin, está más claro que nunca que Estados Unidos, nuestros aliados y socios no deben depender de las exportaciones rusas para satisfacer nuestras necesidades energéticas”, manifesó el senador King. “El estudio requerido por este proyecto de ley bipartidista examinará cómo se vería el mercado energético mundial si nos unimos y rechazamos el apoyo a los oligarcas rusos, maximizando el daño a los partidarios más leales de Putin y minimizando los efectos negativos en los consumidores estadounidenses y otros a nivel mundial”.
Antecedentes:
En 2020, Rusia era el tercer mayor productor mundial de petróleo y el segundo productor de gas natural seco. Europa recibe el 29 por ciento de sus importaciones de petróleo y el 33 por ciento de sus importaciones de gas natural de Rusia, lo que deja a estos países vulnerables a un tirano con un historial de usar como armas los recursos energéticos del país.
El informe requerido por la Ley de la Estrategia para Reducir la Influencia Energética Rusaincluiría una estrategia para reducir o reemplazar el suministro de productos energéticos de la Federación Rusa en los mercados globales y un plan para trabajar con aliados y socios estadounidenses para contrarrestar la influencia energética rusa.