Recordamos: 20 aniversario del accidente del transbordador espacial Columbia
A principios de este mes, los estadounidenses reflexionaron sobre el 20º aniversario de la catástrofe del transbordador espacial Columbia, que costó la vida a los siete astronautas que iban a bordo.
El1 de febrero de 2003, el transbordador espacial Columbia regresaba a la Tierra tras 16 días en órbita, y los preparativos para una celebración en el Centro Espacial Kennedy de Florida estaban en marcha. Desgraciadamente, el transbordador se rompió en varios pedazos al volver a entrar en la atmósfera terrestre.
Mientras los restos del avión caían del cielo, las fuerzas del orden, los bomberos y el personal de emergencias de Texas, así como los buenos samaritanos, respondieron rápidamente al tiempo que la nación se enteraba de esta impensable catástrofe.
En cuestión de minutos, los tejanos de a pie hicieron cosas extraordinarias al trabajar juntos para asegurar las carreteras y proteger la seguridad de sus conciudadanos. Sus esfuerzos contribuyeron a acelerar la investigación y fueron un testimonio de la dedicación y determinación de nuestro gran Estado.
La catástrofe dejó un campo de restos que se extendía desde Fort Worth a través del este de Texas y hasta Luisiana, lo que provocó un esfuerzo masivo de búsqueda por parte del gobierno para recuperar piezas del transbordador espacial y ayudar a evaluar qué fue lo que falló. Cuando las tropas de la Guardia Nacional y los funcionarios de la NASA, la Agencia de Protección del Medio Ambiente y todas las fuerzas del orden empezaron a rastrear 2,3 millones de hectáreas, se les unieron miles de voluntarios para apoyar sus esfuerzos de búsqueda.
Desde estudiantes universitarios de la Universidad Estatal Stephen F. Austin hasta equipos de radioaficionados que ayudaron a las fuerzas del orden a comunicarse, más de 25.000 voluntarios ayudaron a recoger 84.000 libras de restos de nuestros heroicos astronautas.
En las semanas siguientes a esta tragedia, visité una zona de Nacogdoches donde se habían instalado tiendas para los equipos de búsqueda, y fue extraordinario ver de primera mano la dedicación de estos tejanos del este.
Compartieron sus historias de rastreo por pinares y sotobosques bajo la lluvia y a bajas temperaturas y, a pesar de esas condiciones, su empeño condujo a descubrimientos cruciales para la investigación.
En los años transcurridos desde entonces, la NASA ha transformado la cultura y las operaciones de su agencia para mejorar la seguridad de futuras misiones. De hecho, las recomendaciones de Jon Clark, cirujano de vuelo de la NASA y marido de la astronauta del Columbia fallecida, Laurel Clark, ayudaron a dar forma a muchos de esos cambios políticos.
Con motivo del20 aniversario, aprobé una resolución bipartidista en el Senado de los Estados Unidos para honrar la memoria de los siete héroes que perdimos aquel fatídico día y conmemorar el compromiso de nuestra nación con la investigación y la exploración espacial.
El accidente del transbordador espacial Columbia sirve de sombrío pero poderoso recordatorio de la fuerza de las comunidades de Texas para unirse por un bien mayor ante una tragedia insondable. Como tejanos,el 1 de febrero es una oportunidad para que cada uno de nosotros dedique un momento a reflexionar sobre el sacrificio de estos valientes astronautas y a recordar su legado.