Una dulce sinfonía de ruiseñores
El pájaro madrugador se lleva el gusano, pero el ruiseñor tiene la última palabra. Aunque su aspecto exterior puede ser discreto, estos hábiles pájaros cantores son el ave oficial de Texas por su ingenio a la hora de utilizar alegres melodías y un talentoso mimetismo no sólo para dar serenatas a los tejanos, sino también para burlar a los desprevenidos depredadores.
La historia del estatus oficial del ruiseñor en Texas se remonta al 31 de enero de 1927, cuando la Federación de Clubes Femeninos de Texas hizo un llamamiento a la 40ª Legislatura de Texas para que adoptara al ruiseñor como ave del estado. La Legislatura lo hizo y el Gobernador Dan Moody aprobó la medida, convirtiendo a Texas en uno de los primeros estados en designar un ave oficial del Estado. Casi 100 años después, sigue siendo igual de querido.
Científicamente conocido como Mimus polyglottos o imitador políglota, el ruiseñor común puede imitar las llamadas y sonidos de otras aves, anfibios y personas, incluidos silbidos, sirenas e incluso timbres. Un ruiseñor macho puede aprender unas 200 canciones a lo largo de su vida, y cada imitación se repite unas tres veces antes de pasar sin problemas a otra canción.
Pero, ¿qué es exactamente lo que hace al ruiseñor exclusivamente tejano? Bueno, los sinsontes son una especie extremadamente territorial. Como dijo una vez la Legislatura de Texas, el ruiseñor es “un luchador por la protección de su hogar, cayendo, si es necesario, en su defensa, como cualquier verdadero tejano”, según la Asociación Histórica del Estado de Texas. Al igual que el general Sam Houston irrumpió en las orillas del río San Jacinto al grito de “Recordad El Álamo”, estas aves permanecen valientemente en bandada, listas para enfrentarse a los enemigos y proteger sus nidos.
Esta fuerte defensa se extiende a su elección de perchas, que marcan afirmando su dominio y mostrando habilidad vocal. A pesar de su modesto tamaño, los sinsontes desafían con valentía a serpientes, cuervos, halcones y otras criaturas que amenazan sus nidos. Emblema del valor y la defensa, el ruiseñor refleja el verdadero espíritu tejano.
En el exterior, se reconocen por su plumaje pardo grisáceo, su larga cola y las manchas blancas en las alas. En vuelo, se pueden ver vetas blancas en las alas y la cola. En ocasiones, el ruiseñor realiza un “destello de alas”, mostrando su subpelo blanco para asustar a sus presas, ahuyentar a los depredadores y atraer a sus parejas.
Los sinsontes se alimentan principalmente de insectos, bayas y frutas. Aunque los jardines son uno de sus hábitats favoritos, son adaptables y pueden prosperar en diversos entornos, incluidos paisajes rurales y urbanos. Durante todo el año, estas majestuosas criaturas adornan las bulliciosas calles de Dallas, cantan por las montañas del oeste de Texas y se elevan por las praderas de las High Plains.
Para los tejanos, el ruiseñor simboliza más de lo que parece: encarna la resistencia, la belleza y el coraje del Estado de la Estrella Solitaria. Dado su estatus casi sagrado, no es de extrañar que matar a un ruiseñor vaya contra la ley de Texas. La próxima vez que oiga su melodía, tómese su tiempo para deleitarse con las bellas melodías, la profunda herencia tejana y la dulce sinfonía del ruiseñor.