Valor tejano y amor maternal
El Día de la Madre es un momento para honrar a las increíbles mujeres que dan forma a nuestras vidas con su amor, orientación y apoyo inquebrantable. No se puede subestimar el inestimable papel que desempeñan las madres en nuestra sociedad. Se comprometen de todo corazón con el bienestar de sus familias, lo que a menudo incluye despertarse antes del amanecer para preparar el desayuno, equilibrar las exigencias de una carrera profesional y ofrecer palabras de ánimo a altas horas de la noche. Al igual que los robustos robles que adornan el paisaje de Texas, capean los vientos del cambio y echan fuertes raíces para anclar a su familia.
La historia de la celebración de las madres se remonta al año 250 a.C., cuando los antiguos griegos y romanos celebraban fiestas de primavera en honor de su diosa de la maternidad y la fertilidad. Sin embargo, esta práctica no se generalizó en Norteamérica hasta principiosdel siglo XX, en gran parte gracias a los esfuerzos de un dúo de madre e hija llamadas Ann y Anna Jarvis.
Ann Jarvis organizó por primera vez el “Día de la Amistad de las Madres” y otros actos durante la Guerra Civil para unificar a las familias y educarlas en todo, desde la prevención de enfermedades hasta el cuidado de los niños. Tras el fallecimiento de Ann, Anna continuó este legado abogando por un Día de la Madre nacional. Sus esfuerzos dieron lugar a que el presidente Woodrow Wilson declarara oficialmente el primer Día de la Madre nacional en 1914, como día para honrar a las madres, en particular a las que habían perdido hijos en la Primera Guerra Mundial.
Dado que esta festividad gira en torno a las madres, es lógico que también destaquemos la historia de Jane Wilkinson Long, una mujer a la que a menudo se conoce como la “Madre de Texas” y de la que se cree que fue la primera mujer de habla inglesa que tuvo un hijo en el Estado de la Estrella Solitaria. Aunque esta afirmación se ha desmentido desde entonces, sigue recibiendo elogios por encarnar el espíritu de una madre tejana en los primeros días de la historia de nuestro estado.
Nacida como una de diez hijos en 1798, huérfana a los 15 años y casada a los 17, Jane se convirtió en una de las primeras angloamericanas de Texas, región codiciada tanto por Estados Unidos como por España en aquella época. En 1819, su marido dirigió una expedición militar para reclamar Texas para Estados Unidos. Jane se unió a él en Nacogdoches y más tarde se estableció cerca de Galveston, en un puesto avanzado establecido para ayudar a liberar Texas del dominio español. Su marido partió de excursión en 1821 antes de ser capturado y posteriormente asesinado en Ciudad de México, dejando a Jane que perseverara con dos hijos y uno en camino. Sin saber que su marido había fallecido durante muchos meses, soportó un duro invierno cazando animales de caza, pescando en el hielo y recogiendo ostras en la isla de Bolívar. Con el verdadero coraje tejano, Jane superó muchos obstáculos para proteger a sus hijos y construirles una nueva vida.
La historia de Jane personifica la esencia del Día de la Madre, mostrando el amor ilimitado y sacrificado inherente a la maternidad. Su historia resuena profundamente entre las madres y todos los tejanos que saben lo que significa hacer lo que sea necesario para mantener a tu familia.
Al acercarse el Día de la Madre, no olvidemos honrar a nuestras propias madres. Ya sea regalándoles un ramo de rosas, preparándoles una comida o expresándoles una simple nota de gratitud, honremos su impacto en nuestras vidas y volvamos a comprometernos a celebrar a estas mujeres extraordinarias no sólo en este día, sino todos los días.